Hoy quiero compartir contigo mi historia de sanación. Me abro así a contar esta historia pensando en que tal vez a alguien le pueda ayudar o inspirar, y porque siento que es un buen momento para compartir algo de lo vivido.
Desde muy niño tuve una gran curiosidad por la espiritualidad. Mi padre me inculcó la comunicación con Dios, los valores morales y me enseñó las bases del yoga, la oración y la meditación. Siempre recuerdo la transformación que sucedió en mí cuando leí por primera vez: Autobiografía de un Yogui de Paramahansa Yogananda. Me entregué al estudio del Yoga, su disciplina y filosofía, incorporando a mi vida paso a paso sus enseñanzas. Sin embargo, también en la adolescencia empecé a sufrir de una gran ansiedad, de una cierta angustia existencial, lo cual me llevó a tener una práctica del yoga acelerada, con el afán de tener prontos resultados. Como consecuencia, sufrí de algunas lesiones en la espalda, cuello y me apareció desde ese entonces (tendría 17 años), un dolor de cabeza crónico permanente. Me hice exámenes y me diagnosticaron un quiste subaracnoideo gigante en el cerebro, me dijeron que era benigno y que probablemente era congénito, y que no tenía tratamiento específico, sin embargo, aún a día de hoy pienso que puede ser una de las causas del dolor de cabeza. Cuando entré a la universidad los dolores persistían. Comencé esta nueva etapa, mis sentidos se embriagaban observando todo lo nuevo y los cambios que traían. Por esta época tuve también una gran decepción amorosa, lo cual, unido al dolor crónico de cabeza y espalda me llevó a una tremenda depresión. Ésta situación causó que me atrasara tres semestres en mi carrera de Medicina, tuve que visitar a múltiples médicos, especialistas, psiquiatras, estuve medicado durante muchos años con antidepresivos, moduladores del afecto, analgésicos de todo tipo, incluso llegué a tener dependencia a algunos analgésicos opioides. En algunos momentos entré en una gran oscuridad y desesperanza, pensaba frecuentemente en la muerte. Estuve a punto de retirarme de la Universidad, pero gracias a la perseverancia y al apoyo de mi familia, con gran esfuerzo logré sacar adelante la carrera y graduarme como médico, oficio en el cual me he desempeñado siempre entregando lo mejor de mí. Durante todos estos años y los que siguieron continué explorando diferentes caminos y métodos de sanación, buscando respuestas en muchos lugares y doctrinas, leyendo libros, conociendo gente, participando en rituales de sanación. Aún el dolor de cabeza me acompañaba con gran intensidad, en ocasiones se extendía hacia el cuello y hacia todo un costado del cuerpo. Aparecieron otros síntomas como la ciática, una neuralgia del trigémino, entumecimiento en los dedos de manos y pies, una hernia discal a nivel de la columna lumbar.
El camino de sanación me llevó por múltiples senderos. Empecé conociendo sobre la alimentación vegetariana, y más adelante fui entendiendo a mayor profundidad sobre la nutrición consciente basada en plantas. En el vegetarianismo pude conectar con muchas personas interesadas por los mismos temas que yo, conocí grupos de meditación, eco aldeas, músicos de mucho talento, terapeutas de gran poder, personas increíbles llenas de luz. Me interesé profundamente por las plantas enteógenas, exploré el cannabis, la hoja de coca, el tabaco, la ayahuasca, los hongos mágicos, el kambó. De cada una de estas plantas pude recibir mensajes espirituales de gran importancia para mí. Cada uno en su momento me ayudaron a replantear mi vida, mi percepción, mi camino. Honro y agradezco a los curanderos y maestros que facilitaron estas medicinas, y además respeto el espíritu que habita en cada una de estas plantas. Se me despertó además la sensibilidad y el amor por la música, comencé a explorar la flauta, especialmente la flauta lakota, con la cual entendí el poder sanador que tiene el sonido armónico. Aún a día de hoy la flauta me acompaña a donde vaya, siempre la toco para inspirarme y darme fuerza, y además tengo unos grandes amigos que comparten conmigo esta medicina del sonido. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos el dolor persistía, incluso en ocasiones de mayor intensidad. El camino continuaba porque el dolor me impulsaba a seguir buscando respuestas.
Me encontraba laborando en un hospital de mucho renombre, con un puesto que me generaba grandes satisfacciones y buenos ingresos. Con una pareja estable. Estaba en una zona de confort. Sin embargo, los turnos eran extenuantes, con largos trasnochos, una carga laboral alta y muchas situaciones de estrés emocional. Por esta época logré asistir a un taller de Medicina AyurVeda en donde entendí que para suceda una sanación profunda es indispensable tener sincronizados los ciclos circadianos con la luz del sol, y que mientras estuviera trasnochando sanar sería mucho más difícil. También tuve la oportunidad de asistir a varios talleres de crecimiento personal y autoliderazgo, en donde nos enseñaban sobre la importancia de tener una intención clara y de cómo manifestamos nuestra realidad con el pensamiento y nuestra vibración. Tuve la oportunidad de leer algunos libros muy relevadores como Los Cuatro Acuerdos, que explica la importancia de la palabra y del honor. También los libros de David Icke, los cuales explican todo lo que nos oculta el sistema, como vivimos dentro de una simulación tipo Matrix en donde la pirámide del poder nos mantiene en la ignorancia y la esclavitud, lo cual me llevó a cuestionarme toda mi carrera, la academia, mi pareja, el estilo de vida que estaba llevando. Tuve un proceso de separación (llevaba casado 7 años), y posteriormente un duelo tremendo, tras el cual todos los síntomas volvieron con mayor fuerza que nunca. Buscando la naturaleza y un cambio en mi vida me fui a vivir a una comunidad de montaña con unos amigos, allí conocí a mi actual compañera Fernanda a quien amo profundamente. Junto a ella comencé a forjar una nueva forma de ejercer la medicina, un nuevo enfoque naturista más holístico. Salté al vacío y decidí renunciar al hospital, vinimos a vivir a una finca en las afueras de Manizales donde pudimos construir una hermosa casa, junto a un bosque de eucaliptos. Una casa como de un cuento de hadas. Entendí el valor del hogar, la pareja, la familia, la amistad, el contacto con la naturaleza, la bendición del amor, la bendición de Dios.
Gracias a algunas recomendaciones de mi hermano, logré conseguir un trabajo como médico asesor de una empresa que vende suplementos. También con mi pareja creamos una empresa llamada SANANDO, Psicomedicina natural, Medicina y Psicología unidas, la cual ofrece consultas con un enfoque holístico y alternativo. Un trabajo más relajado, con mayor flexibilidad horaria, y con el reto incluido de lo que significa ser un emprendedor. A pesar de todos los esfuerzos, aún me sentía muy enfermo, con mucho dolor, estaba muy pesado, hinchado. En este momento decidí que era momento de limpiar mi organismo, suspendí los medicamentos. Tomé el té depurativo detox que vendía la empresa de suplementos por unos 5 meses, lo cual me ayudó a bajar de peso y deshincharme, mejoré mi alimentación, dejé de fumar cigarrillo, disminuí el consumo de licor. Hubo una mejoría parcial.
Leí también un libro llamado: Los Secretos Eternos de la Salud, gracias a la recomendación de un primo, gracias a este libre entendí muchas cosas como: la importancia de la luz solar, la hidratación, la desintoxicación, la nutrición, el sueño, el movimiento, el arte, la música. Entendimos que nuestro cuerpo tiene una sabiduría natural y ancestral, que es capaz de autoregenerarse y curarse a sí mismo cuando lo dejamos y le entregamos lo que requiere para lograrlo. Conocimos más sobre la relación que existe entre mente y cuerpo, y la unidad inherente entre todos los componentes de lo que somos. Todo esto me permitió tomar un paso adelante hacia el empoderamiento de mi propio proceso de restauración, entendiendo la gran responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y con el mundo en el que vivimos. Aprendí además un método de limpieza hepática con manzanas, aceite de oliva y sulfato de magnesio, incluyendo los enemas de café, me hice 5 ciclos. Sentí una mejoría parcial con éste método, Sin embargo, también me hizo bajar mucho de peso, los dolores aún persistían, incluso apareciendo algunos nuevos. Conocí otras medicinas como el dióxido de cloro y las flores de Bach, las cuales también fueron contribuyendo en el proceso de sanación.
Y luego, gracias a una gran amiga, pude conocer a Medical Medium. En un principio estuve muy reacio a conocer más sobre este sanador norteamericano, probablemente debido a mi formación en la medicina ortodoxa. Sin embargo, en la medida que fui escuchando sus podcasts, y a leer sus libros me convenció. Entendí cada vez con mayor claridad las reales causas de las enfermedades y de los diferentes síntomas y cuáles eran las soluciones. Paso a paso fui incorporando sus recomendaciones y protocolos, el agua con limón y miel, el zumo puro de apio, los desayunos frutales, el consumo de grandes cantidades de frutas y vegetales, los batidos de frutas con espirulina, los carbohidratos limpios indispensables, el retiro de los alimentos problemáticos, entre muchas otras herramientas poderosas. Noté que el peso se me empezó a estabilizar, los dolores a disminuir, la mente a despejarse, la flexibilidad a aumentar. También sentí un aumento en mis niveles de energía gracias a lo cual pude volver a jugar Baloncesto, un deporte que me encanta, y a asistir a clases de danza. Ahora, sintiéndome feliz por el momento en el que me encuentro, mirando hacia atrás y viendo todo el camino recorrido, respiro y digo: Gracias, gracias a cada experiencia, a cada persona, a cada instante que me ha traído hasta el momento actual, aquí sentado escribiendo estas palabras con paz en mi corazón, feliz de poder compartir mi testimonio de sanación con el mundo. Gracias también al dolor quien ha sido mi gran maestro, el que me ha mostrado el lado oscuro de mi propio ser, voy entendiendo que al reconocer y aceptar este dolor logro ver también mi propia luz. El camino continúa, la sanación no está completa pero si la mejoría se siente en cada célula de mi cuerpo, y lo más importante, ya se que tengo que hacer y que LA SANACIÓN ES POSIBLE. La sanación es posible cuando estamos alineados con nosotros mismos, con nuestro propósito, con las leyes naturales que nos operan, y también cuando Dios, nuestro creador, está iluminando nuestra alma.
Y tu, ¿Cuál es tu historia de sanación? ¿Algo de todo esto resuena con tu propio proceso? ¿Hay alguno de éstos métodos que te llama la atención? Cada uno de nosotros tiene su propia historia, sus fortalezas y debilidades, sus alti bajos, avances y retrocesos, su propio camino (todos los senderos son válidos, lo importante es continuar caminando). Se que TODOS PODEMOS CURAR, SER FELICES Y PRÓSPEROS, LLEVAR VIDAS CON PROPÓSITO, AYUDAR A OTROS, AMAR Y GOZAR… GRACIAS POR LEER. ATT OMAR.
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